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miércoles, 31 de octubre de 2012

LA AUDIENCIA NACIONAL PROCESA AL CORONEL MARTINEZ INGLÉS POR UN ARTÍCULO PUBLICADO EN CANARIAS SEMANAL

    Amadeo Martinez Inglés, coronel del Ejército español enlace:http://canarias-semanal.com/not/807/_por_que_te_callas_ahora__le_pregunta_un_coronel_del_ejercito_al_rey/
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  Sí, sí, regio suegro del atlético Urdanga; divino monarca enviado por el Espíritu Santo a este bendito país para velar por la democracia, la felicidad, la salud y el bienestar de sus sufridos ciudadanos; rey sin par que crees provenir del testículo derecho del emperador Carlomagno cuando en realidad lo haces de la pérfida bocamanga del genocida Franco.

  Sí, tú,  último representante en España de la banda de borrachos, puteros, idiotas, descerebrados, cabrones, ninfómanas, vagos y maleantes que a lo largo de los siglos han conformado la foránea estirpe real borbónica culpable del atraso, la ignorancia, la degradación, la pobreza, el odio y la miseria generalizada de centenares de generaciones de españoles; presunto (estamos en un Estado de derecho aunque no lo parezca) malversador de fondos públicos para pagar francachelas sexuales; corrupto máximo en un país donde, desgraciadamente, la corrupción se mama desde la cuna; impune muñidor de una descomunal fortuna personal que nadie en este país sabe de donde ha salido; vil autogolpista castrense en aquél recordado 23-F que organizaste in extremis para salvaguardar tu detestable corona franquista; fratricida confeso (o presunto asesino) en tu juventud; reo de un delito de alta traición a la nación española al pactar en 1975 con el Departamento de Estado norteamericano, ostentando interinamente la Jefatura del Estado español por enfermedad del dictador Franco, la entrega vergonzante a Marruecos de la totalidad de la antigua provincia española del Sahara Occidental (territorio bajo administración española, según la ONU) en evitación egoísta de una guerra con ese país que hubiera puesto en peligro tu tambaleante corona; corresponsable, en consecuencia, del espantoso genocidio posterior (más de tres mil víctimas) cometido por el rey alauí, Hassan II, para dominar el inmenso territorio abandonado por España... tú que mandas callar a voz en grito a jefes de Estado extranjeros.


         ¿Por qué callas ahora? ¿Por qué no hablas, y cuanto antes, a los españoles? Primero ¡faltaría más! de las andanzas presuntamente delictivas (los jueces hablarán próximamente) de tu deportivo yerno, ese caradura integral que se ha valido de su matrimonio (con el, seguramente, también delictivo consenso de su gentil esposa) y de la impunidad casi absoluta de que ha gozado hasta ahora la llamada familia real española, para apropiarse de millones de euros del erario público. Con la gentil colaboración de políticos y altos cargos de las derrochadoras y detestables administraciones públicas de este país (central y autonómicas).

         Y en segundo lugar, supremo líder de la ya amortizada monarquía franquista del 18 de julio, y ya va siendo hora, háblanos de todas las irregularidades y presuntos delitos cometidos por tu regia persona, algunos de los cuales acabo de señalar y que este humilde mortal (o plebeyo, como quieras) ha denunciado repetidas veces en los últimos años ante las Cortes Españolas, única institución que puede entender de los mismos en base a la absoluta impunidad constitucional de la que gozas gracias a tu amado generalísimo, el tercer dictador más sanguinario de la historia europea después de Hitler y Stalin. Presuntos delitos de los que más tarde o más temprano tendrás que responder ante el pueblo español y que, no te quepa la menor duda, ocuparán algún día páginas y páginas en la triste historia de este país de la modélica transición y gaitas parecidas.

                  Porque, amigo monarca, ya conoces los populares dichos: "A todo cerdo le llega su San Martín" y "El tiempo coloca a cada uno en su lugar". Y a ti, y a toda tu familia y parentela más o menos cercana de enchufados, vagos y maleantes de toda laya, parece ser que está a punto de llegaros esa suculenta y tradicional onomástica de ancestral raíz gastronómica a la vez que el justiciero "devenir temporal de la historia" os arrincona sádicamente contra vuestro propio latrocinio y contra vuestra y escandalosa corrupción; decidido a bajaros a todos a las negras profundidades del infierno político y social.

 
          El largo tiempo del vino (Vega Sicilia, naturalmente) y las rosas de palacios y lujosas residencias veraniegas (más de siete lustros), gastándoos a espuertas el escaso dinero de los amados y tontorrones súbditos, toca a su fin. Y todos, absolutamente todos los componentes de esa tu despreciable familia real, tendréis que comparecer algún día ante la justicia; unos, como el atlético y descerebrado deportista de elite que creyó que le había tocado la bonoloto cuando la infantita de marras le eligió como dulce esposo de su particular cuento de hadas, muy pronto, porque las pruebas son irrefutables y porque, aunque torpe y lenta, la bella diosa ciega celtibérica de la balanza de oro, no podrá esta vez mirar para otro lado y tendrá que castigar como se merece tanto derroche, tanto latrocinio y tanta vagancia familiar e institucional; otros, como las infantitas borbónicas casadas o separadas temporalmente de sus parejas, que se dejan querer cobrando espectaculares sueldos millonarios de grandes empresas españolas y multinacionales y que, con tribunales o sin ellos, pronto tendrán que renunciar a tanta bicoca; y tú, todavía rey franquista de todos los españoles, aún protegido como estás por la larga mano del dictador y por la nefasta herencia constitucional de unos cuantos pelotas de intramuros del régimen (padres de la patria, qué risa) que parieron una Carta Magna a tu medida haciéndote divino e inviolable... no te confíes demasiado que el horno no está para bollos y muy pronto pintarán bastos en las calles y avenidas de muchas ciudades españolas.

         ¡Deja ya de hacerte el muerto! ¡Deja ya de emplear medios del Estado (aviones militares y demás) para acudir a grandes premios de Fórmula I o torneos internacionales de tenis a la par que eludes con total desvergüenza las escasas y ridículas obligaciones de tu medieval cargo...y habla! Cuéntanos a los españoles si conocías o no las presuntamente delictivas andanzas de tu todavía yerno, el Urdanga ése, y por qué te hiciste el sueco si, como es de cajón, las conocías. Y, también, nos pones al corriente de a cuanto asciende a día de hoy tu amañada fortunita, de como se desarrollaron (sin entrar en detalles morbosos, desde luego) tus pícaras alegrías amatorias con cargo a los fondos reservados del Estado español, de como transcurrió el tortuoso día (23-F del 81) en el que salvaste a todos los españoles... y de todas las demás guarrerías personales y familiares cometidas en tu ya largo reinado. Así los españoles nos iremos enterando de todo ello sin tener que acudir a Internet y los jueces y los diputados electos del Partido Popular del hoy "muy asustado y mudo Rajoy" podrán ir tomando nota. Para cuando haga falta, naturalmente... 
(De Kaosenlared)



La jurisdicción especial de la Audiencia Nacional, tribunal equivalente al antiguo Tribunal de Orden Público de las últimas décadas de la dictadura, tras las diligencias previas emprendidas en abril de este año contra el coronel del Ejército español Amadeo Martínez Inglés lo ha encausado formalmente por un delito de CALUMNIAS E INJURIAS GRAVES CONTRA LA CORONA , cuya pena privativa de libertad "no excedería de nueve años de prisión" según la resolución del magistrado-juez de ese tribunal ISMAEL MORENO CHAMARRO.

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Nota del coronel Martínez Inglés


       La Audiencia Nacional, tras las diligencias previas emprendidas en abril de este año, me encausa formalmente por un delito de CALUMNIAS E INJURIAS GRAVES CONTRA LA CORONA cuya pena privativa de libertad "no excedería de nueve años de prisión" según la resolución del magistrado-juez ISMAEL MORENO CHAMARRO.



        Esto es, por lo menos, lo que "acuerda, manda y firma" el señor Moreno, magistrado-juez del Juzgado Central de Instrucción Nº 002 de la AN en la resolución NIG 28079 27 2 2012 0000530 con la que da por finalizadas las diligencias previas abiertas contra mi persona por el artículo periodístico "Por qué te callas", publicado en diferentes medios digitales (el juez solo cita Canarias Semanal), y en la que señala al citado trabajo como constitutivo de un posible delito de "calumnias e injurias graves contra la Corona cuya pena privativa de libertad no excedería de nueve años de prisión".



    También ordena el citado juez que "se notifique la resolución a los interesados personalmente y a través de su representación procesal, si la tuviesen, y al Ministerio fiscal, a fin de que en el plazo común de diez días formulen, o bien por escrito de acusación solicitando la apertura de juicio oral en la forma prescrita en la Ley o bien soliciten el sobreseimiento de la causa sin perjuicio de que puedan solicitar excepcionalmente la práctica de diligencias complementarias que consideren indispensables para formular la acusación".



    Ayer mismo, 29 de octubre, en relación con lo expresado en el párrafo anterior por el señor juez de la AN pero al margen de su resolución, tuve constancia de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional (el ente jerárquico subordinado al aparato del Estado que, según parece, me ha denunciado ante la AN porque hasta este momento no sé de quien o quienes partió la idea de llevarme a los tribunales pisoteando mi libertad de expresión y mis derechos como ciudadano libre y responsable en un Estado que se reclama de derecho) ha desestimado el archivo de la causa y en estos momentos está buscando afanosamente un abogado que me preste asistencia jurídica y sea capaz de formular el correspondiente escrito de defensa para poder seguir con la presente mascarada pseudo judicial. Tarea ardua, sin duda, para la citada Fiscalía pues es mi intención defenderme yo solito en este mísero caso de acoso político e institucional que, por otra parte, es lo que he hecho siempre desde mi más tierna juventud, incluida una guerra, en la que el enemigo no te bombardeaba con papeles o resoluciones de tribunales especiales de origen franquista (pésimamente redactados, por cierto) sino con proyectiles, obuses y granadas, que podían mandarte ipso facto a las mazmorras de Josafat; no por unos años sino a perpetuidad y sin posibilidad de revisión alguna.




    El que esto escribe, escritor e historiador (además de militar profesional que se ha dejado la piel en el pasado por modernizar y democratizar las FAS españolas) lleva casi treinta años investigando y estudiando la figura del todavía rey de España, Juan Carlos I, y casi veinte (el primer libro sobre la impostura del 23-F, lo publiqué en el año 1994) sacando a la luz publica sus errores, engaños, devaneos, golpismos de salón, enriquecimientos sospechosos (recientemente el New York Times se preguntaba por la "opaca fortuna del monarca español" cifrándola en 1.800 millones de euros), corruptelas, aceptación de regalos millonarios… etc, etc,  aunque, por supuesto, el sistema se ha encargado de que mis libros y mis escritos fueran silenciados.



    Todas mis investigaciones y descubrimientos sobre la vida del actual jefe del Estado español, tanto las concernientes a su vida institucional como a la privada pero con incidencia en la propia Institución monárquica y en la ciudadanía, las he puesto repetidas veces, desde septiembre de 2005, en conocimiento de las Cortes Generales (el máximo órgano representativo de la soberanía del pueblo y competente para actuar), del Gobierno español y de todas las más altas instituciones del Estado. Con vistas a que el primero de esos organismos pudiera constituir una Comisión de Investigación que  depurara lo que, sin ninguna duda, podían ser graves delitos cometidos por el rey Juan Carlos I. A pesar de que el presidente del Congreso acusó recibo de alguna de esas denuncias la realidad es que un tupido velo, revestido de inviolabilidad constitucional, ha impedido una y otra vez que el pueblo español conociera la verdad sobre su rey.



    Ahora, en 2012, dieciocho años después de mis primeras denuncias en libros y artículos periodísticos que nunca la justicia española se ha dignado investigar, a la Fiscalía de ese anómalo y antidemocrático tribunal que se denomina Audiencia Nacional (heredero de aquél nefasto Tribunal de Orden Público franquista) se le ocurre la peregrina idea de abrir la caja de los truenos jurídica, o la de Pandora, o allanar el campo de Agramante  (con toda seguridad alentada por un PP borracho de poder cuando decidió tamaña insensatez, recién ganada una mayoría absoluta que le está sirviendo para muy poco) para intentar asustar (esta gente es que es torpe hasta la extenuación, no saben con quien se juegan los cuartos) a este modesto historiador militar que lo único que ha hecho en su ya dilatada trayectoria profesional es contar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre la desvergonzada y ya caduca personalidad del rey Juan Carlos I. Un monarca que, como colofón a todas sus perrerías institucionales y privadas (golpes de Estado de salón, terrorismo de Estado, corrupción generalizada, enriquecimiento sospechoso, vida licenciosa, aventuras extramaritales públicas…etc, etc) se vio obligado a pedir perdón público a sus asombrados y pacientes súbditos en abril de este año de gracia (la suya) de 2012.



    Que no le quepa la menor duda a la Audiencia Nacional (y con ella al Ministerio Fiscal manejado por el PP) que el profesional de las armas y de las letras que escribe las presentes líneas, se va a defender de esta ridícula acusación de calumnias e injurias contra la corona (no hay calumnias ni injurias que valgan cuando se trata de la verdad) con uñas y dientes. O, como chocheó el divino rey del que estamos hablando (que procrea a destajo y luego presuntamente abandona en el arroyo a sus hijos bastardos) en su último viaje de placer/trabajo a la India: "con un puñal en la boca". Pues en la vista oral que se celebrará cuando la AN quiera (a mi me da igual la fecha, estoy preparado ya para el circo mediático consiguiente) pienso defenderme hablando (y exigiendo que otros hablen también) por los codos y sin pelos en la lengua. Como siempre he hecho y quizá un poquito más. Pero no del artículo periodístico objeto de la denuncia (yo al redactarlo sólo actué de mensajero de la impudicia) sino de los presuntos (todavía) delitos del rey Juan Carlos. Y cada palo, amigos, incluidas la  topoderosa Audiencia Nacional y la perruna Fiscalía adyacente, que aguante su vela…

http://canarias-semanal.com/not/1774/imputado_un_coronel_por_publicar_un_articulo_contra_el_rey__en_canarias__semanal/

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